jueves, 7 de septiembre de 2017

Cárcel para aliviar el bochorno

Anson pide cárcel... porque sabido es que eso vuelve blando.

Aquí.

A Anson y a otros les duele el bochorno (de ayer) como a otros les dolía España.

El bochorno por actos ajenos es uno de los sentimientos más peculiares (y patrios) que puede embargar a un ser humano.

Qué bochorno, papi.
Ojalá el mundo no lo hubiera visto, repiten algunos políticos y opinadores (la prensa extranjera no se ha rasgado ninguna vestidura por cierto, como es lógico, y se ha limitado a dar cuenta de lo ocurrido)


Sentir bochorno (vergüenza, alipori, etc) por lo que hacen otros es mucho identificarse al otro.

...
El único bochorno ajeno al que uno puede apuntarse con cierta dignidad es el de género, pro ejemplo el del día después de la liberación de Auschwitz.