Decía Vauvenargues, duque de Clapiers: "es más fácil y con frecuencia más útil decir cosas nuevas que conciliar las que ya han sido dichas...".
En dos semanas y pico cerraré este desaliñado cuaderno de campo, que habrá estado abierto durante un año con el pretexto de la campaña electoral del 20-D. O al menos dejaré de publicar a diario en él. Otras rutinas piden paso.
No habré aclarado nada ni logrado nada útil conciliando las cosas ya dichas; y con la nuevas, más fáciles, según Vauvenargues, ojalá haya logrado al menos entretener a algunos curiosos.
Cocteau, el gran recurso para todas la ocasiones (parece que su cometido en la vida fue parir frases ingeniosas muy superiores a su obra), dijo, plagiando a Leibnitz, ante una decoración muy rebuscada en una casa que le mostraban: pourquoi pas plutôt rien?
Pues eso.
(Hace casi un año el mundo era más joven y pleno de sentido, con rosas en el monte y con buone domeniche.)