No el de la peli de lo Coen, sino Puigdemont.
Aquí.
Él quisiera ingresar en la cárcel a hombros como un torero llevado por la afición.
Pero lo peor del fracaso no consiste en haber hecho mal las cosas, sino el no tener la posibilidad o el ánimo necesario para enderezarlas durante el resto de la vida...
